Se trata de un conjunto de relaciones interconectadas (en el ámbito familiar o organizacional), es decir, se mueve uno y se mueve otro.
Cuando trabajamos desde el Coaching Sistémico remarcamos que es una posición más externa: Necesito apartarme, detenerme y observar. El principal valor es detenerse. Cuando observo mi realidad y lo que me está pasando tengo mucha información, por lo tanto se hace necesario "ponerme fuera" para así observar mi imagen interna del sistema.
El Coaching Sistémico se puede trabajar tanto a nivel individual como grupal.
En aspectos personales (familiares) como organizacionales: Perdida de fuerza en el trabajo, conflictos de liderazgo, ambiente y clima laboral, fracasos continuos para la consecución de objetivos.